
[Veracruz México] Una vez más el Organismo Público Local Electoral (OPLE) de Veracruz queda en entredicho. En una jornada clave para el cómputo de los votos correspondientes a las candidaturas del Poder Judicial, el sistema de captura colapsó apenas tres horas después de iniciado el proceso, dejando en suspenso los trabajos desde el medio día de este lunes 9 de junio.
La unidad técnica de sistemas informáticos del organismo se ha mostrado incapaz de resolver la falla, lo que ha provocado la suspensión total de los cómputos. La falta de personal capacitado para enfrentar la contingencia agrava la situación y deja en evidencia una profunda deficiencia operativa que afecta la transparencia y certeza de una elección ya señalada como fraudulenta por diversos actores políticos y sociales.
Al momento, no hay comunicación oficial clara. En las oficinas centrales del organismo reina el hermetismo y el recinto donde sesiona el Consejo General permanece cerrado. Cerca de las 3 de la tarde, la presidenta del organismo, Marisol Delgadillo, aseguró que la responsabilidad de la caída del sistema fue de los ciudadanos que ingresaron a querer verificar el avance de los cómputos.
Después de eso no ha habido declaraciones y ningún funcionario ha salido a explicar a la ciudadanía el tiempo estimado para su reactivación.
El conteo quedó detenido en apenas un 1.8% de avance. El personal fue notificado de que debía retirarse, sin fecha ni hora confirmada para reanudar los trabajos. Aunque se informó que la sesión de cómputo se reanudaría hoy a las 5 de la tarde, hasta el momento no se ha reanudado ninguna actividad oficial en el organismo.
Esta tarde llegaron al estado integrantes de organismos electorales de otras entidades para observar el desarrollo del proceso, y lo han podido ver es una escena bochornosa: el sistema informático del OPLE no pudo soportar la carga de datos provenientes de los 27 distritos electorales y colapsó deteniendo los cómputos.
El desempeño del OPLE Veracruz durante este proceso electoral ha sido duramente criticado desde sus etapas iniciales. Se integraron consejos municipales con personas relacionadas con candidatos, que posteriormente fueron dadas de baja. Además, se reportó la renuncia de cerca de 400 consejeros municipales, así como la pérdida y aparición irregular de boletas en municipios ajenos a su origen.
La jornada electoral estuvo marcada por disturbios, quema de paquetería y violencia. Y ahora, en el tramo final, el órgano electoral vuelve a fallar, incapaz de llevar a cabo el cómputo judicial, por no contar con las herramientas tecnológicas necesarias y el personal capacitado para realizar las tareas.
Otro capítulo de ineficiencia fue el manejo de los debates entre candidaturas municipales, organizados con recursos públicos y que terminaron siendo un tema plagado de irregularidades. A pesar del gasto significativo, los resultados fueron ampliamente criticados por su pésima organización y limitada difusión.
La legalidad de esta elección ya estaba en duda incluso antes del colapso del sistema. Diversas denuncias apuntan a la intromisión del propio Poder Judicial, que no solo habría operado a favor de ciertos candidatos, sino que incluso habría montado su propio sistema paralelo de captura de credenciales de elector y resultados.
Además, se han documentado casos de uso de acordeones distribuidos desde instancias judiciales y actos proselitistas organizados dentro de las instalaciones del Poder Judicial, en abierta violación a la normatividad electoral.
En resumen, la elección judicial en Veracruz es vista por muchos como un “cochinero”. Entre las acciones ilegales promovidas desde el Poder Judicial y la ineptitud del OPLE, el resultado de esta elección está completamente en entredicho. Las instituciones responsables han fallado a la ciudadanía, y la democracia veracruzana sufre un nuevo golpe.