Monjas deberán abandonar Nicaragua a mas tardar el 31 de diciembre del presente año, el gobierno que encabeza José Daniel Ortega Saavedra, presidente de ese país, ha emitido un ultimátum que frena la libertad religiosa y las obliga a migrar a otros países.
En ese país se enfrenta a una situación alarmante en cuanto a la libertad religiosa y la exigencia para abandonar el territorio forma parte de una serie de acciones hostiles del gobierno sandinista contra la Iglesia católica y las organizaciones religiosas.
Desde el año 2018, más de 5 mil organizaciones sin fines de lucro, incluyendo congregaciones de religiosas católicas y de otras religiones, han sido canceladas y han visto confiscadas sus propiedades por el gobierno que encabeza Ortega Saavedra.
La investigadora Martha Patricia Molina dio a conocer que las religiosas que aún permanecen en Nicaragua se están preparando para abandonar el país bajo presión.
Molina también destacó que más de 250 religiosos han sido expulsados, desterrados o forzados al exilio desde abril de 2018.
La situación es particularmente preocupante, ya que la expulsión de las monjas y religiosas dejará a Nicaragua sin una presencia religiosa significativa. La comunidad internacional ha condenado las acciones del gobierno de Ortega y ha pedido que se respeten los derechos humanos y la libertad religiosa en Nicaragua.
Aunque no se ha proporcionado una razón oficial para esta decisión, se cree que el gobierno de Ortega está intentando restringir la influencia de la Iglesia católica en Nicaragua. La Iglesia ha sido una voz crítica del gobierno de Ortega en el pasado, y es posible que el gobierno esté intentando silenciarla.
Es importante destacar que la expulsión de monjas y religiosas es una violación de sus derechos humanos y libertades fundamentales. La comunidad internacional ha condenado estas acciones y ha pedido al gobierno de Ortega que respete los derechos de todos los ciudadanos, incluyendo los religiosos.