
Ciudad de México / El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, demostró con estadísticas que los aranceles impuestos por Donald Trump representan una «mala idea» y una situación injusta, toda vez que los mexicanos importamos más productos de Estados Unidos que los que se exportan y comercializan en ese país.
A pesar de la tregua de un mes que pactaron Sheinbaum y Trump para detener los aranceles a productos mexicanos, hace unos días el Gobierno Norteaméricano ordenó imponer el 25 por ciento más de impuestos sobre acero y aluminio que México exporta al país vecino.
“Mexico es el principal destino de las exportaciones de productos sinderúrgicos totales de EE. UU. representando el 52% de sus exportaciones globales al cierre de 2024″, mencionó Ebrard.
Ante estos consideraciones, en los últimos años México se ha posicionado que importa más acero y aluminio de lo que exporta. Por otro lado, mencionó que Estados Unidos gana más de 6 mil 897 millones de dólares con los metales que vende a México.
“Los números están a tu favor, están a favor de Estados Unidos. Nosotros importamos más de lo que exportamos”, destacó. Además, comparó con otros países como Australia, Canadá y China, donde el país estadounidense importa más y gasta aún más inversiones.
De esta manera, Ebrard expresó, a través de los números y las gráficas, la posible contradicción y el caso “inusual” de imponer una tarifa mayor a un país (en este caso, México) que beneficia la economía de Estados Unidos, por mayor número de venta del Gobierno norteamericano al mexicano
“En resumen, México importa más acero a Estados Unidos de lo que exporta (…) ¿Quién creció? Pues Estados Unidos, nos vende más. Entonces, no se justifica esa tarifa”, expresó.
Concluyó, a través de un video, que la imposición de aranceles, que termina siendo una “mala idea” y una cuestión “injusta” para la relación económica entre ambos países.
Además, el titular de la Secretaría de Economía aclaró que en los siguientes 15 días realizarán las negociaciones con el Gobierno de Estados Unidos, ante el plazo de un mes impuesto por Donald Trump.